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miércoles, 2 de diciembre de 2009

Managua II

Nicaragua es como la mujer que nunca se dejará de amar a pesar de las separaciones y las distancias, los olvidos conscientes e inconscientes y de las desidias voluntarias. Cuando la veo pasar y me saluda, algo de las miles de mariposas que un día me nublaron la razón inexistente, vuelven a revolotear por el lado izquierdo de la realidad, aquel que va directo o en zig zag al territorio de las evidencias utópicas. Esa es mi Nicaragua, vieja y bella amante, la que me vió sonreir en su pecho y la que me besó en lágrimas la noche de los bautizos.

Decía antes, que los olores estallan en el interior y traen a la mirada sentimientos que enraizan en el alma de lo eterno. Esta es la Nicaragua que me acoge con los brazos abiertos, o mejor dicho con el muñon abierto, ya que la cirugia neoliberal se empeñó en instaurar la medicina preventiva del miedo y la tristeza.

Y esa es otra diferencia de los 20 años. Antes la cuestión era más básica. Era una cuestión de vida o muerte. Ese era el debate, o mejor dicho esas eran las opciones impuestas por los recetarios. Así de simple y de complejo. Así de dulce y de amargo. Pero puedo asegurar que no encontré en ningún momento, ni siquiera en las esquinas de las iglesias abandonadas, tristeza. No percibí la necesidad de terapeutas ni ocupacionales ni de la psique, no eran necesarios los gurús del zen y de las "bios-esperanzas" de nuestras sociedades post-modernas, burguesas, aburridas, tristes....enfermas de todo lo posible. Sí, no recuerdo la tristeza. Todo era más simple. Incluso recuerdo que había categorías contudentes de análisis y propuesta. Había malos y buenos, dignos e indignos, bondadosos y miserables.....estaba bastante claro. Al menos me lo parecía.

Ahora se instaló la tristeza. La gente no muere por la bala asesina de los imperios, ni siquiera de los que contraatacan. Hoy la gente se maneja entre la tristeza y la incertidumbre. Y eso choca mucho...la gente dejó de sonreir. Ya no muere en el campo de los conflictos (y eso es muy bueno), pero mueren en los pasillos de las consultas de los doctos y de los psiquiatras de la hipocresía.

No crean que estoy apostando por la muerte. Apuesto por la vida pero apuesto por el derecho a la felicidad y a la belleza...a la justa reinvidincación de la esperanza como armamento pesado de las utopías. Y de eso, esta gente sabe mucho. Me siguen dando lecciones de enciclopedia vital. Quizás tenga una visión excesivamente romántica...pero hasta esto, hoy, es una desviación revolucionaria a la que no pienso (siento) renunciar.

Pero aún hay gente que están instalados en la utopías de las personas irreductibles, aquellas que aún trabajan en lo mutuo, en lo colectivo, en lo social no como esnobismo intelectual de clase media, sino como elemento de supervivencia y convicción. Recordarme que os cuente la experiencia de cooperativas de viviendas de ayuda mutua que desarrolla Ceprodel.

Bueno, hoy es luna llena. Noche de luna llena en Managua. Tremendo¡¡¡¡...hablaré con ella al oido de los secretos compartidos....Managua y la Luna Llena, dos amantes en la misma habitación....qué compromiso¡¡¡¡¡


Continuará con un plato de gallopinto sabroso con tortilla de maiz y crema.....rico¡¡¡¡¡¡¡

Transeunte desde Managua

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